Hacíamos lectura en alto y comentábamos. La verdad es que el comienzo les resultó tan interesante que ya no quisieron dejarlo.
“Andrés, estudia. ¡¡Andrés-estudia!! Andresestudia… Andrés Estudia. Me llamo Andrés y me apellido Estudia. Me tienen harto, siempre con el mismo rollo. Mi madre, con tal de verme encima del libro y sin escuchar música, está contenta. Aunque esté pensando en las musarañas, es la leche. No entiende que yo pueda estudiar con música. Y no para de comerme la olla todo el día, que si tengo poca disciplina, que si no hago más que hablar por teléfono, que, si no tuviera a Valeria Mazza en la carpeta, me distraería menos. Más me distraigo en la clase de Rambo. ¿Cómo voy a atender si tengo delante a Belén, que es la tía más buena de la clase?"
Conseguimos los libros y nos pusimos a leer cada uno por nuestra cuenta... quedamos en leer únicamente cuatro capítulos para el viernes siguiente. Mi sorpresa fue que NINGUNO LO CUMPLIÓ...pero a diferencia de otras veces, TODOS HABÍAN LEÍDO MÁS DE LA CUENTA.
Vamos, que al segundo lunes querían el libro sí o sí. El caso, dos semanas después cuando teníamos que estar como mucho en el capítulo 15, la mayoría estaba acabando el libro. Y QUIEREN OTRO... de verda, en mi vida me había pasado esto. Por ello este miércoles tendremos una "tertulia desayuno" espero compensar dulcemente lo bien que me lo están haciendo pasar este año. Y estoy segura que traerán las cartas que les pedí.
MIL GRACIAS
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